Vientos en La Dehesa

Uno de los rasgos característicos de el Hierro es el viento y concretamente los vientos Alisios que cruzan la isla de noreste a suroeste. A su paso sacuden, agitan y zarandean, ramas y hojas de arbustos y árboles produciendo diferentes sonidos según la vegetación de cada sitio. En el extremo oeste de la Isla podemos visitar La Dehesa en la que podemos encontrar algunos de los símbolos locales, como las encinas retorcidas o una zona de de pinos salpicados, en la inmediaciones del Mirador de Bascos. Poco antes de llegar a este paraje encontramos otro de los lugares emblemáticos de la isla: La Ermita de Nuestra Señora de los Reyes. Allí la vegetación que hay en sus inmediaciones también ofrece un buen ejemplo de cómo el viento, con sus discontinuas e inestables rachas produce diferentes sonidos que nos hablan de las fuerzas de la naturaleza y su incidencia en los diferentes entornos.


Viento_Ermita (Escuchar con auriculares y volumen medio)


Viento_Sabina (Escuchar con auriculares y volumen medio)

Viento_Pinar Bascos (Escuchar con auriculares y volumen medio)

Viento_Ermita


Ficha técnica: 25-08-2013. 10:30 h.
Coord.(lat/long): 27.729820 / -18.120624
Alt.- 730 m. Temp. 18-20Cº Orient. oeste
Equipo: Marantz PDM660/ATST825/RycoteWJ4



Comentario a la Grabación

Situado a pocos metros fuera del recinto de la Ermita de nuestra señora de Los Reyes, en el lado del pequeño campanario que remata el conjunto, los arbustos extienden sus ramas retorcidas y medio trenzadas, formando una maraña de tentáculos de diferentes longitudes, grosores y trayectorias. En sus extremos, unas pequeñas hojas, cortas y planas, se agitan y siseas con las rachas del viento.
(00:00) El soplido inestable pero continuo lo envuelve todo… salpicado por pequeños chasquidos incontables y dispersos, producido por el encuentro entre dos o más ramas en su agitación convulsa e irregular.
(00:20) Algún golpe seco y abrupto acompañan un incremento de la intensidad del viento, por suave que sea... Y el diálogo entre el viento y la vegetación se hace audible...  
Intercalados entre los golpetazos y chasquidos chispeantes también se captan un sinfín de chirridos agudos, corto y esquivos, aunque también los hay más graves y estirados. Se producen, incluso, hasta secuencias minúsculas, sobre el manto que extiende el aliento boscoso… Se trata de las propias ramas de los arbustos que, en sus sacudidas, alcanzan puntos en los que la madera parece quejarse por alcanzar el límite de su flexibilidad, de su capacidad de oponer resistencia frente a los envites más intensos del viento...
(01:13) Algunas voces distante se escuchan difuminadas, ininteligibles pero significantes, enmascaradas pero reveladoras…
(01:40) Una racha corta y abrupta sacude los retorcidos tentáculos que se golpean entre sí con más fuerza y contundencia… Pero el bufido boscoso, con su inconstante continuidad, recupera su protagonismo dejando tras de sí el traqueteo cadencioso salpicado de rechinantes quejidos.
Una serie de sucesivas rachas parece buscar un pico de intensidad, pero después de varios intentos se difumina progresivamente hacia un reposo incierto...
(02:00) Una racha de viento se cuela entre la maraña de ramas hasta alcanzar las hojas de los arbustos y árboles (pequeñas, alargadas, aplanadas y un poco replegadas sobre sí mismas las unas, finas y alargadas las otras);Incluso las más resguardadas. Así se percibe un chisporroteo granulado que se superpone al soplido como si una estela de salpicaduras quisiera ocupar el sitio que queda entre las colisiones abruptas y secas, los chirridos, fugaces y discretos; y el compacto bufido empastado y difuminado por la propia corriente ventosa.
No siempre van de la mano racha de viento y golpes, aunque algunas veces, las de mayor intensidad, sí podría deducirse una relación causa/efecto directa… y la tienen, (¿cómo dudarlo?). Pero en ocasiones, el cimbreo de las ramas se prolonga unos instantes una vez amaina el viento y los golpes parecen no tener una causa concreta… También las incontables ramas se agitan, se sacuden y hasta se chocan de manera sorpresiva, antes de que el soplido alcance la intensidad y el volumen que permite escucharlo…
Y sigue el vaivén de las rachas, el cimbreo de las ramas y la agitación de las hojas: el bufido ventoso, los golpes secos, los chirridos fugaces y el siseo chispeante de las hojas definiendo una composición de proporciones variables y dinámicas, con su ingente despliegue de sutilezas hasta producir una secuencia envolvente e indeterminable, de monótona alternancia  y de aleatoriedad redundante, sin patrón que repetir, sin alternativa que pretender… única y universal… mientras sople el viento.

Viento_Sabina


Ficha técnica:25-08-2013. 12:00 h.
Coord.(lat/long): 27.748758 / -18.128247
Alt.- 590m. Temp. 22-24Cº Orient. noreste
Equipo: Marantz PDM660/ATST825/RycoteWJ4

Comentario a la Grabación

En la Dehesa hay  dispersos por el terreno, numerosos ejemplares de la sabina retorcida por la acción del viento, símbolo y seña identitaria de la isla. Sin alejarme demasiado de la zona de aparcamiento y situado el micrófono a pocos centímetros de la vencida copa de un ejemplar. Las cortas y rugosas hojas eb forma de ramillete, aparentemente inofensivas, se abren paso en el tupido ramaje y sisean en coro mientras resisten el viento que las derrota con un invisible empuje, fluctuante pero obstinado.
(00:00) El viento que atraviesa la maraña laberíntica produce un bufido compacto y homogéneo, inestable y variable que se ve salpicado de pequeños golpes entre ramas, más pequeñas y más grandes extienden su crepitar etéreo y volátil. También los chirridos de las ramas se escuchan, furtivos y escurridizos, envueltos por el manto enmascarador...
(01:49) Un bajón en la intensidad del viento concede un respiro a las hojas trajinadas, a las ramas sacudidas, al tronco retorcido y a sus raíces agarradas al adusto terreno…
Pero pronto vuelve el soplido sabinoso, el  fino crepitar de sus ramas, el siseo chispeante de sus hojas, el disperso e inconstante rechinar de las fibras de la madera… Una madera expuesta irreversiblemente a las rachas alisias y que se retuerce vencida por el viento, por el soplido que produce su enmarañada y tupida copa que lucha contra el viento y que, por momentos, se convierte en fuerza moldeadora, en resistencia tortuosa, en enemigo implacable de un tronco dócil, adaptativo y en imperceptible pero permanente mutación identitaria.
(04:03) La voz de un pájaro irrumpe con unos pequeños graznidos suaves y desaparece, mientras otros pájaro camuflan sus llamadas agudas y salpicadas que se entrelaza entre los vaivenes del viento y las ramas…
(07:10) El mugido de algunas reses parece colarse entre la agitación, a lo lejos, difuminados por el rumor sabinoso...
(07:45) Ahora se escuchan con claridad. Alguna vaca, más cercana, de las que pastan a sus anchas por la dehesa, parece responder a las llamadas de sus compañeras de prado… y vuelve a su rumiante silencio.
(10:21) Un suave graznido carcajeado se escucha algo más alejado y se pierde…
(11:13) Las voces de unos visitantes surgen de la masa ventosa y aportan su presencia y su musicalidad interrogante… y se vuelven sumergir… para resurgir, en los remansos de las turbulentas sacudidas, rasgadas y amasadas por la máscara rumorosa de este símbolo de la isla; por este capricho natural que nos explica la fuerza del viento en esta loma, el peso de una copa densa y resistente y la plasticidad de una madera presta a sobrevivir y agarrarse al territorio, hasta en las condiciones más adversas.

Viento_Pinar Bascos

Ficha técnica: 25-08-2013. 14:00 h.
Coord.(lat/long):27.753204 / -18.119245
Alt.- 600m. Temp. 26-28Cº Orient. sureste
Equipo: Marantz PDM660/ATST825/RycoteWJ4

Comentario a la Grabación

Algunos metros antes de llegar al Mirador de Bascos encontramos una zona boscosa junto al camino. Las elevadas copas que rematan los espigados troncos de los pinos rasgan las rachas de viento con sus finas y alargadas hojas. A sus pies, apenas se nota el viento. Con todo, el siseo ligero aunque compacto que se produce envuelve el lugar del susurro imprevisible que cada pino aporta a la voz de este pequeño rastro de bosque.
(00:00)El viento que se zarandea las ramas y las finas hojas de los pinos produce un bufido denso pero ligero que puede recordar a una pequeña corriente de agua… Pero, además del fino siseo, continuo aunque con pequeñas variaciones, algunos trinos distantes, insinuados y sutiles pero continuos, se enredan con los cantos de otros moradores de estos esbeltos y majestuosos árboles.
(00:36) Una mosca cruza dejando su zumbido entre los trinos y el empastado aliento de este disgregado bosque...
(02:20) Otra mosca cruza fugaz y subrepticia, posiblemente azuzada por un viento que pocos segundos después (02:28) eleva su tono y reivindica su presencia, su protagonismo racheado e irregular, siempre salpicado por los cantos de diferentes pájaros que, casi siempre al fondo, puntean la escena.
(04:00) Una racha más intentas produce un crepitar chispeante de hojas y ramas sacudidas con un mayor ímpetu… Pero no se sostiene más allá de unos segundos, antes de volver al hipnótico soplido del pinar que arrulla estas horas centrales del día...
(05:05) Un rumor se aproxima… Es un coche que sale del mirador… A su paso, el suave pistoneo de su motor se empasta y camufla con el soplido del bosque y se disipa dejando tras su paso unos instante de calma que, sin rachas importantes, parece imponerse en la pinada. El soplido se aleja y se desvanece sin llegar a desaparecer... La calma se extiende…
(06:05) Por unos momentos vuelven las rachas a sacudir las ramas y a agitar las estilizadas hojas de los pinos, pero pronto vuelve esa calma del mediodía, somnolienta y plácida...
(07:26) Un tweet aflautado y ligeramente modulado, insistente y decidido, contorneado y prominente; se cuela entre la rachas inconstantes… y, tras algunas llamadas, una pequeña aceleración breve, se pierde...
Algunos golpes entre ramas se escuchan abruptos y secos, sorpresivos e indeterminables, alternando entre trinos difuminados, chirridos mínimos, emergencias y desvanecimientos siseantes, finísimos chirridos, y quietud… sosiego…, serenidad…

Otros enlaces del autor:
@pemonblas

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